La salvación es un asunto de familia - yo soy mormon

13 octubre 2011

La salvación es un asunto de familia


Discurso dado por alguien a quien admiro mucho por su amplia sabiduría del Evangelio de Jesucristo, que en este discurso nos enseña y fortalece grandes verdades, Bruce  R. McConkie :


La salvación es un asunto de familia. Todos somos miembros de la familia
de Dios el Eterno Padre; somos  sus hijos espirituales. Vivimos con El en
la  unidad familiar antes de que  el mundo fuese. En  uno de nuestros hermosos  himnos doctrinales cantamos:
"¿Hay en  cielos padres solos?
Niega la razón así
La verdad eterna muestra
Madre  hay también  allí.
Sí, después que ya acabe
Cuanto haya que hacer
Dadme vuestra santa  venia,
Con vosotros a morar.
(Himnos de  Sión,  núm.   208) 
Cuando  aún morábamos en su  presencia,  nuestro  Padre  exaltado y eterno ordenó  el  plan  de  salvación, el  cual  nos  permitiría  avanzar y  progresar  para llegar  a  ser  como  El. Es te  plan  del evangelio ofrecía  a todos  los  hijos  de  Dios  el  privilegio de una prueba mortal y la esperanza  de  vida eterna. Se  nos  hizo la  promesa  de que  mediante la expiación de Cristo seríamos levantados en inmortalidad, y  que si obedecíamos las leyes y ordenanzas del evangelio ganaríamos  la  vida  eterna.



Vida  eterna es el nombre  de  la  clase de vida  que  Dios nuestro Padre eterno vive. La  vida eterna es la vida de Dios, y ésta es la  vida eterna. Por tanto, si la obtenemos, será porque avanzamos y progresamos y llegamos a  ser como El. Si hemos de llegar a  ser como nuestro Padre Eterno, debemos  ser inmortales
como  El; debemos  ganar el  carácter, perfecciones y  atributos  que  El  posee; debemos  lograr el poder, la  gloria y el dominio  que  El  goza;  y  debemos  crear para  nosotros mismos  unidades familiares  eternas siguiendo el  modelo de su familia eterna.


Ese evangelio  que  El  ha  restaurado en esta dispensación es un evangelio de vida eterna; es el mismo sistema de salvación que poseyeron todos  los profetas y todos  los santos  de  dispensaciones pasadas.   Se  compone de  esas leyes y poderes mediante los cuales podemos llegar a ser perfectos, así como nuestro Padre Celestial es perfecto; mediante los cuales podemos crear, perfeccionar y perpetuar nuestras propias unidades familiares  eternas.

La  obra grandiosa de  Dios  nuestro Padre  fue la creación; El  nos  creó, nacimos como miembros de su familia; y mediante su  poder fueron creados la tierra y  todas  las  cosas  que en  ella  hay. Y  Dios ha llevado a  cabo su  obra perfectamente.

La  obra grandiosa  de  Cristo  fue  la redención. A través de su sacrificio expiatorio todos los hombres resucitan en inmortalidad, mientras que aquellos  que creen  y  obedecen  toda la ley del evangelio íntegro, son levantados en vida  eterna. Y Cristo ha llevado a cabo su obra perfectamente.

La  obra grandiosa  del  hombre es  creer  en el evangelio,  guardar  los mandamientos y crear y perfeccionar una unidad familiar eterna.  Y los Santos de los Últimos Dí as están tratando de llevar a  cabo su  obra  t an perfectamente  como  sea  posible.

Se deduce  que todo lo  que tenemos  en la  Iglesia se  centra alrededor  del matrimonio celestial, y que la salvación es un asunto de familia. Desde  el  momento  en  que  entramos a esta vida terrenal, hasta el tiempo en que  contraemos matrimonio en el templo,  todo lo  que tenemos  que  hacer en el sistema  del  evangelio es prepararnos y habilitarnos  para  entrar a  ese sagrado orden de matrimonio  que  nos  hace marido  y mujer en  esta  vida y en el mundo venidero.

Entonces, desde el momento en que somos  sellados  por el  poder y autoridad del  santo sacerdocio—el  poder  para  a t ar en la tierra y  sellar  eternamente en los cielos—desde ese momento  todo  lo  que  se  relaciona  con la  religión  revelada está  designado para ayudarnos a guardar  los requisitos y condiciones de nuestro convenio matrimonial, a fin de que éste tenga  eficacia,  virtud  y  fuerza  en  la vida
venidera. Por  tanto, el matrimonio celestial es la ordenanza sublime  del  evangelio; la ordenanza sublime  de la  casa  del Señor; es  por  eso que la  unidad familiar  es la organización más importante,  tanto en el tiempo como en  la  eternidad. Por  eso debemos tener  más  interés y preocupación por nuestras familias que
por  cualquier  otra  cosa  en  la vida.

Cada  decisión importante  deberá  hacerse tomando en cuenta  el efecto  que surtirá en la unidad familiar. Nuestro cortejo, educación y amigos; nuestro trabajo, pasatiempos y lugar  de residencia;  nuestra  vida  social, las  organizaciones a  las que pertenecemos y el servicio  que rendimos a la humanidad;  y  por  sobre  todo,  nuestra  obediencia  o  la  carencia  de  ella a  las normas de verdad reveladas—todas estas  cosas deberán decidirse tomando en cuenta el efecto  que  tendrán  en la  unidad  familiar.

No   hay  nada  t an  importante  en este mundo como la creación y perfección de  las  unidades  familiares  similares  a  las  que se  observan en el  Evangelio  de Jesucristo.

Y  así, cuando el Señor  habla a  los maridos,  dice: "Amarás  a  tu  esposa con todo tu corazón, y te allegarás a ella, y a ninguna  otra"  (Doc.  y  Con. 42:22). Cuando  las  esposas  escuchan su voz, les impone  una  obligación similar  en  referencia  a  sus esposos.   A  les  manda:  "Ni  cometerás  adulterio, ni  harás ninguna cosa semejante"  (Véase  Doc. y  Con.  59:6).

Cuando les habla a los padres, los instruye  a  que  críen  a  sus  hijos  en luz y verdad, que les enseñen el evangelio y les pongan ejemplos de buena conducta. Cuando les habla a los hijos, sus decretos  son:
"Obedeced en el Señor a  vuestros  padres"   (Efesios  6:1) ,   y "Honra  a  tu  padre  y  a  tu  madre" (Éxodo  20:12).

Cuando se dirige a las familias, su consejo es: "Amaos, sosteneos y  apoyaos el  uno al otro;
Tratad de perfeccionar  las vidas  de  cada  uno de  vuestros  miembros; fortaleced a  los débiles; reclamad  a  vuestros  familiares  errantes y  regocijaos  en fortaleza espiritual renovada; Buscad a vuestros  parientes  que  aún no  han  recibido el evangelio  e invitadlos a venir a Cristo y participar de su misericordia; y
Socorred a  vuestros  parientes  muertos en el mundo de  los espíritus y permitidles participar de  las  bendiciones  del evangelio mediante  las  ordenanzas del  templo."

Se ha  escrito  que ni  el  varón  sin la mujer ni  la mujer  sin el  varón en el Señor. En la familia perfeccionada de la Iglesia también   podría  decirse  que ni los  padres  sin  los  hijos  ni  los  hijos  sin  los  padres en la  clase  de familia  del Señor.

El verdadero  evangelio se centra en la familia.  La salvación plena consiste en la continuación de la unidad familiar en la gloria celestial. Aquellos  para quienes  continúa la  unidad familiar tienen  vida eterna;  aquellos  para los  que no continúa no tienen vida eterna, porque el cielo mismo es t an sólo el lanzamiento de una familia Santo de los Últimos Días hacia  la  eternidad. Ese poder mediante el  cual se adquiere la  salvación  es  tan  grandioso que puede hacer de la tierra un  cielo, y  del hombre,  un  dios. El concepto más noble que puede penetrar el corazón de un hombre es que  la unidad  familiar  continúa  en la  eternidad, y  que la Salvación es un asunto  de  familia.

En el nombre de Jesucristo. Amén

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